domingo, 21 de marzo de 2010

La Guerra entre E.U.A. y México (1846- 1848)




Guerra entre México y EUA

LAS CAUSAS DEL CONFLICTO

Las causas principales de la guerra fueron: la anexión de la República de Texas llevada a cabo el 29 de diciembre de 1845 por Estados Unidos, las reclamaciones de aquellos ciudadanos estadounidenses contra el gobierno mexicano, que habían sido heridos y sus propiedades arrasadas durante los frecuentes enfrentamientos civiles entre liberales y conservadores mexicanos en esta época, el deseo de Estados Unidos de adquirir California y Nuevo México donde se había creado un grupo autonomista que se oponía a la centralización impuesta por los conservadores mexicanos a través de las denominadas Siete Leyes, de 1836, y de la consiguiente instauración de la República de carácter centralista en México.

EL ORIGEN INMEDIATO DE LA GUERRA

En noviembre de 1845, el presidente James K. Polk envió al diplomático John Slidell a México para negociar una modificación de las fronteras, a cambio de la asunción por el gobierno de Estados Unidos de las reclamaciones de los ciudadanos estadounidenses contra México, y también para hacer una oferta de compra de California y Nuevo México. Las autoridades mexicanas rehusaron negociar con Slidell a pesar de su debilidad interna, fruto del enfrentamiento abierto entre liberales federalistas y conservadores centralistas y del tesoro exhausto tras la guerra en Texas y la llamada guerra de los Pasteles, y del hecho de haber sofocado la sublevación de Yucatán y otros intentos secesionistas en Sonora y Tamaulipas. Tropas estadounidenses al mando del general Zachary Taylor avanzaron hacia la desembocadura del río Grande del Norte que Texas consideraba su frontera meridional. México, que reclamaba como auténtica frontera el río Nueces (al noreste de río Grande del Norte), consideró la maniobra del ejército de Taylor como un acto de agresión, por lo que en abril de 1846 envió tropas hacia esa zona. A su vez, el presidente Polk afirmó que el avance mexicano era una invasión del territorio de Estados Unidos y presionó en el Congreso, que declaró formalmente la guerra a México el 13 de mayo de 1846. México, por su parte, hizo el 7 de julio de 1846 su propia declaración de guerra.

EL DESARROLLO DEL CONFLICTO

El plan de la campaña militar estadounidense constaba de tres objetivos: la invasión del norte de México llevada a cabo por Taylor; la ocupación de Nuevo México y California por tropas al mando del coronel Stephen Watts Kearny; y el bloqueo de las costas mexicanas. Incluso antes de que se declarara oficialmente la guerra, Taylor ya había derrotado a los mexicanos en las batallas de Palo Alto y Resaca de la Palma, obligándoles a retroceder hacia el río Grande del Norte; fue cuando entró a México, ocupó Matamoros el 18 de mayo, conquistó Monterrey y se enfrentó a las fuerzas mexicanas, al mando del general y presidente Antonio López de Santa Anna, en la batalla de Buena Vista. Kearny ocupó lo que hoy es Nuevo México y se internóe en California, participó en la conquista de ese territorio. Bajo el mando del comodoro John Drake Sloat y del capitán John Charles Frémont, California ya había declarado su independencia de México, siendo declarado en julio de 1846 territorio de Estados Unidos.

México se negó a reconocer su derrota, por lo que Estados Unidos decidió enviar una expedición militar para conquistar la capital mexicana y poner así fin a la guerra. Tras un prolongado y cruento cañoneo de la ciudad, las tropas estadounidenses al mando del general Winfield Scott, que había desembarcado el 9 de febrero con 13.000 hombres, conquistaron Veracruz y derrotaron a los mexicanos que al mando del general Santa Anna le esperaban en Cerro Gordo, y posteriormente en Contreras y Churubusco. Más tarde, ocuparon Casa Mata y Molino del Rey; tomaron al asalto el castillo situado en el cerro de Chapultepec a pesar de la tenaz resistencia de los cadetes del Colegio Militar (los Niños Héroes), ruta de acceso a la ciudad de México, que cayó el 14 de septiembre de 1847.

LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA

El Tratado de Guadalupe Hidalgo, firmado el 2 de febrero de 1848, restableció la paz, que supuso para México la pérdida de más de la mitad de su territorio original. El río Grande del Norte se convirtió en la frontera meridional de Texas, mientras que California y Nuevo México fueron cedidos a Estados Unidos. Estados Unidos le quito a México la suma de 15 millones de dólares, que se pagarían en cinco plazos anuales, y se comprometió a solucionar todas las reclamaciones de sus ciudadanos contra México, que superaban los 3,5 millones de dólares.


La guerra con Estados Unidos supuso para México la pérdida de más del 55% de su territorio (2.400.000 km2), en tanto que Estados Unidos, cumpliendo con la doctrina del destino manifiesto, proclamada por John L. Sullivan en 1845, se anexionó tierras de enormes riquezas agrícolas, mineras y petroleras, puertos excelentes y logró una dominante situación estratégica y geopolítica mundial.

El Movimiento de Independencia de la Nueva España




El proceso de la Independencia de México fue uno de los más largos de América. La Nueva España permaneció bajo el control de la Corona por tres siglos. Sin embargo, a finales del siglo XVIII, ciertos cambios en la estructura social, económica y política de la colonia llevaron a una élite ilustrada de novohispanos a reflexionar acerca de su relación con España. Sin subestimar la influencia de la Ilustración, la Revolución Francesa ni la Independencia de Estados Unidos, el hecho que llevó a la élite criolla a comenzar el movimiento emancipador fue la ocupación francesa de España, en 1808. Hay que recordar que en ese año, Carlos IV yFernando VII abdicaron sucesivamente en favor de Napoleón Bonaparte, para después cederla a su hermano José Bonaparte, de modo que España quedó como una especie de protectorado francés.

En las colonias españolas en América, se formaron varias juntas que tenían como propósito conservar la soberanía hasta que regresara el rey Fernando VII al trono. Nueva España no fue la excepción (encabezados por Francisco Primo de Verdad y Ramos), la diferencia es que el primer intento de este tipo concluyó con la destitución del virrey y la sujeción del Ayuntamiento de México a la autoridad directa de la nueva cabeza de la colonia (que a diferencia de Iturrigaray, no simpatizaba con la Junta). Tal situación llevó a los criollos a radicalizar su posición. Finalmente, el núcleo donde hubo de comenzar la guerra por la independencia fue Dolores,Guanajuato, luego que laconspiración de Quéretaro fue descubierta. Aunque aquél 16 de septiembre de 1810 el cura Miguel Hidalgo y Costilla se lanzó a la guerra apoyado por una tropa de indígenas y campesinos, bajo el grito de "Viva la Virgen de Guadalupe,viva Fernando VII, muerte al mal gobierno ", finalmente la revolución le llevó por otro camino y se convirtió en lo que fue: una guerra independentista.

El conflicto duró once años y distó mucho de ser un movimiento homogéneo. Como se ha dicho, al principio reivindicaba la soberanía de Fernando VII sobre España y sus colonias, pero con el paso del tiempo adquirió matices republicanos. En 1813, el Congreso de Chilpancingo (protegido por el generalísimo José María Morelos y Pavón) declaró constitucionalmente la independencia de la América Mexicana. La derrota de Morelos en 1815 redujo el movimiento a una guerra de guerrillas. Hacia 1820, sólo quedaban algunos núcleos rebeldes, sobre todo en la sierra Madre del Sur y en Veracruz. Por esas fechas, Agustin de Iturbide pactó alianzas con casi todas las facciones (incluyendo al gobierno virreinal) y de esta suerte se consumó la independencia el 27 de septiembre de 1821.España no la reconoció formalmente hasta diciembre de 1836 y de hecho intentó reconquistar México, sin éxito.

La ex colonia española pasó a ser una efímera monarquía constitucional católica llamada Imperio Mexicano. Finalmente fue disuelto en 1823, cuando luego de varios enfrentamientos internos y la separación de Centroámerica, se convirtió en una repblica federal.


El período independentista se divide en cuatro etapas:

La primera comienza en 1808. en este año, las tropas de Napoleón atacan España haciendo prisionero a Fernando VII, Rey de España, quien se ve obligado a abdicar al poder. Por tal motivo José Bonaparte, hermano de Napoleón, es nombrado Rey de España e Indias.

Debido a que el gobierno de México dependía del Español, al virrey y a la real audiencia les preocupaba no saber que rumbos tomaría la soberanía de México y piden que el virrey convocara a un congreso destinado a gobernar al país hasta que Fernando VII pudiera recuperar el poder. Por otro lado, los criollos comenzaron a ver en este conflicto la oportunidad de separarse de España y forjar por fin, un México independiente.

El proceso ideológico duró dos años. En muchos lugares, los criollos se agrupaban para encontrar soluciones revolucionarias a los siglos de dependencia española. Uno de estos sitios era Querétaro. Ahí, acostumbraban reunirse importantes criollos, entre los cuales estaban Juan Aldama, Miguel Hidalgo y Costilla, e Ignacio Allende. Pero su conspiración fue descubierta viéndose forzados a lanzarse a la lucha sin una estrategia definida.



Así, la madrugada del 16 de septiembre, el cura Hidalgo congregó al pueblo en el atrio de la iglesia donde era párroco y los incitó a unírsele en una “causa” que se proponía derribar al mal gobierno. Liberó a los presos, metió a la cárcel a las autoridades españolas del lugar y comienzó su lucha.

Con el levantamiento de Dolores, el movimiento a favor de la independencia se transformó. Las grandes masas trabajadoras entraron en escena. La opresión a que estaban sometidos, su miseria e incultura y su falta de organización, conviertieron su movimiento en súbito, anárquico y explosivo.

Conforme el grupo avanzó a San Miguel, los labradores, peones de hacienda o miembros de la comunidades indias se fueron juntando. Se armaron con garrotes, hondas y machetes tras el sacerdote ilustrado quien a lo largo de su lucha armada, suprimió los tributos que pesaban sobre el pueblo; eliminó la distinción de “castas” y por primera vez en toda América, declaró abolida la esclavitud.

En pocos días, las huestes del “generalísimo” Hidalgo, como le llamaba la gente, ya sumaban casi 100 mil hombres y en poco tiempo tomaron importantes ciudades como Celaya, Guanajuato y Valladolid, entre muchas otras, que aunadas a las victorias que se sucedían en el noroeste y centro del país daban fuerza a la idea independentista.

Esta importante etapa de formación, culminó en 1811 con la muerte de Hidalgo y de otros importantes próceres del movimiento armado.

La segunda etapa que se puede definir como una etapa de organización y definición de este movimiento, empezó tras la muerte de Hidalgo y se conoce como la etapa de Morelos.

José María Morelos y Pavón, comienza a tener victorias en el sur y el centro del territorio nacional. Durante esta etapa, se definieron con claridad los propósitos del movimiento de independencia. El documento que mejor refleja el ideario social y político de Morelos es el conocido con el título de Sentimientos de la Nación donde por primera vez se planteó la independencia de México del dominio español.

Durante esta etapa se ganaron muchas provincias del territorio nacional y el movimiento independentista, cobró forma.

La tercera etapa, es la que corresponde a Vicente Guerrero y Javier Mina y abarcó los años de 1815 a 1821. Durante esta etapa, las fuerzas insurgentes comenzaron a desorganizarse y su lucha se dirigió a pequeñas provincias en el sur del país donde Vicente Guerrero había logrado mantener vivo el espíritu de la independencia, aunque con muy pocos triunfos. En esta etapa sobresale la participación de Francisco Javier Mina, liberal español que luchó y murió por la causa insurgente en 1817.

Y en la ultima etapa, que es cuando se logró la consumación de independencia, Vicente Guerrero e Iturbide, son los principales actores. Tras once años de lucha, los criollos y el pueblo en general empezaban a ver perdida la revolucón. Sin embargo, un grupo de peninsulares y criollos que antes se opusieron a la lucha, se unen a ella y la fortifican. El nombre de José de Iturbide comienza a escucharse con respeto y tras una oportuna estrategia diplomática, logra hacer pactos y acuerdos que serían los pasos para que naciera el “Plan de Iguala” o de “Las tres garantías: religión única, unión de todos los grupos sociales e independencia de México”.

Una vez firmado el Plan de Iguala, la independencia de México se había convertido en una realidad y es él, José de Iturbide quien el 28 de septiembre de 1821 hace su entrada triunfal a México acompañado del ejercito trigarante, confirmando así la independencia de México.

Esto es a grandes rasgos, la historia de la lucha por la independencia de México, un pueblo que se ha esforzado por se libre y que se caracteriza por la fuerza, la determinación y el amor a la patria de sus hombres y mujeres.

La Colonia (Nueva España 1521-1821)


Para la historia de México el periodo llamado colonial empieza en el siglo XVI, cuando los españoles, al mando de Hernán Cortés conquistaron la antigua México-Tenochtitlan.

Así fundaron la Nueva España, nombre que los conquistadores le dieron a la actual ciudad de México. También se conoce esta etapa con el nombre de virreinato porque el país, durante el tiempo que duró, fue gobernado por un representante del rey de España que tenía el título de virrey.

Es muy raro que haya épocas que abarquen exactamente una cifra decimal redonda, pero en nuestra historia colonial así es, ya que se considera que esta etapa empieza estrictamente en el año de 1521, cuando cayó en poder de los españoles la antigua ciudad de México-Tenochtitlan, y termina 1821, año en el que se declaró la independencia de México.

Así pues el periodo colonial abarca 300 años y está usualmente dividido en tres periodos: el primero, y más antiguo el que corresponde al siglo XVI y abarca todo lo que pasó en la Nueva España desde 1521 hasta 1600; el segundo, el del siglo XVII , que comprende lo sucedido entre 1601 y 1700, y finalmente, el tercero y último, el del siglo XVIII mexicano y que va de 1701 y 1800.

Los veintiún años que faltan para llegar a 1821 ya pertenecen al siglo XIX, y todavía son parte de la historia colonial, aunque los historiadores les conceden a esos años finales de la colonia el apelativo de periodo, “de transición”, ya que la lucha iniciada por Miguel Hidalgo y Costilla contra el dominio del gobierno español en la Nueva España había comenzado en 1810 dando lugar así al nacimiento de México.

La importancia del periodo colonial es determinante tanto para la historia de nuestro país como nación independiente como para la historia de todo Occidente, ya que, a partir de ese momento, América entró a formar parte del mundo que hasta entonces conocían los europeos.

La religión católica ganó nuevos e importantes territorios, cambió el lenguaje, la traza de las ciudades, las manifestaciones culturales y artísticas y se inició el mestizaje o sincretismo, es decir la mezcla entre los conquistadores y los conquistados, combinación que definió el carácter actual que tienen hoy todas las naciones llamadas latino o hispanoamericanas.

Para entender cabalmente la complejidad del periodo colonial mexicano habría que analizar, en un principio, dos tipos de dominación española: la conquista militar y la conquista espiritual, y después, adentrarse en cómo fue el establecimiento de las ciudades españolas, cuál la situación de los naturales, cómo estaba constituido y cuál era el funcionamiento del gobierno colonial; la importancia de las autoridades eclesiásticas, las nuevas formas de moral y también el terror que inspiró el Santo Oficio todo ello sin olvidar, por supuesto, los estratos o castas de los que estaba compuesta la sociedad colonial.

No menos importante fue, por supuesto, el arte y la cultura en la Colonia que en cada siglo XVI, XVII y XVIII tuvo manifestaciones particulares, la vida cotidiana y el surgimiento del criollismo, de donde salió el conjunto de hombres que, finalmente, habrían de terminar con la Colonia y con la dependencia que, de España, tenía México antes de llamarse como hoy se llama.

lunes, 15 de marzo de 2010

La conquista de México - Tenochtitlan


La Conquista de México.

En el año de 1517 cuando los españoles se encontraban ya establecidos, en Cuba, el gobernador DIEGO VELÁZQUEZ organizo una expedición al mando de FRANCISCO HERNÁNDEZ DE CÓRDOBA, que llego hasta catoche en las costas de Península de Yucatán. Fue el primer grupo de Europeos que arribo a las tierras mexicanas y sustituyo en escaramuzas con indios que se supone pertenecían al alguna tribu maya. El jefe de este grupo murió a consecuencia de las heridas recibidas entonces.

Al año siguiente, un sobrino del gobernador velázquez, juan de grijalva., exploro las costas del Golfo de México , descubriendo el río que hoy lleva su nombre y llegando hasta san Juan de Ulúa. Salieron a su encuentro con los indios con los que trocó cuentas de vidrio y otras baratijas por pepitas de Oro. El relato que hizo a su regreso de Cuba animo a Cortés a preparar la tercera expedición de aquellas tierras, de acuerdo con el gobernador. Pero enterado de que esto empezaba a desconfiar su lealtad, se desentendió de el, zarpando de La Habana por su cuenta el 18 de febrero de 1519, lo cual introdujo a escondidas su propia nave. Y de esta manera se inicio la conquista de las tierras dominadas por los aztecas, con 11 naves equipadas por 508 soldados de infantería españolas, 32 arqueros, 13 mosqueteros,16 caballos y 200 cargadores cubanos.

Desembarco en la isla de Cozumel y allí fue recibido junto con el grupo de i dios por el español jeronimo DE AGUILAR, que llevaba 8 años viviendo entre los mayas y había formado parte de la expedición que arribo a las tierras de México; este español resulto muy útil al conquistador por sus conocimientos de la lengua maya. Cortés siguió adelante y en Tabasco recibió los primeros obsequios de los indígenas, entre ellos el de veinte doncellas. Una de ellas, MALITZIN o MALINCHE (llamada Marina después de el bautismo) fue una de las primeras interpretes cuyo número registra la historia, ya conocía igualmente maya y el nahualt, lengua de los aztecas. Por ese motivo fue desde ese momento compañera inseparable e insustituible del Capitán español. En San Juan de Ulúa desembarco Cortés con quinientos soldados. Desde allí hizo transmitir a Moctezuma, emperador de los aztecas, una solicitud que impedía permiso para entrar hasta a la Capital. Mientras aguardaba repuesta, puso los cimientos de la actual Veracruz.

En realidad, los españoles dieron entonces del imperio mexicano a un estado que carecía de una verdadera unidad. El emperador azteca combatía desde Tenochtitlan una especie de Alianza con los reyes de Texcoco y Tacuba, pero su dominio eran muy relativo y algunos de aquellos pueblos vieron en el conquistador una posible ayuda contra un predominio con el que no estaban muy de acuerdo. El caudillo de Zempoala, que hallaba ocupada por totonacas, pidió auxilio a Cortés, y este se dirigió a esa ciudad supo que el gobernador Velázquez había sido nombrado adelantado de España. Entonces le envió mensajeros suyos, cargados de valiosos obsequios, Portocarrero y Montejo. Esto suscito una especie de disensión entre los partidarios de Velázquez y los de Cortés pero este último ganó la partida. Durante sus incursiones al anterior, se acerco a Tlaxcala , donde halló la oposición sangrienta. Pero logro dominar a los tlaxcaltecas a convertirlos en aliados suyos. Como éstos detestaban a los mexicas, bajo cuya presión vivían, Cortés astuto político, sipo aprovechar su resentimiento. Esto explico al rey de España en sus famosas cartas de relación, en que daba cuenta en sus conquistas y planes.

Con el esfuerzo realizado siguió el camino de Cholula, ciudad del imperio Azteca, donde supo que se había preparado para una trampa. Hizo allí un gran escarmiento y, acto seguido, emprendió la marcha de Tencochtitlan. El 8 de noviembre de 1519 entró a la ciudad de a la cabeza de una gran contingente de indios y sin haber presentado batalla a las fuerzas del emperador. Moctezuma salió con gran pompa a recibir a aquellos hombres que, por su color blanco y los extraños animales (caballos) que montaban les parecía dioses, tal aquellos que Quetzalcoátl había anunciado antes de partir .

Cortés en previsión de un posible cambio de actitud de los mexicas, tales como rehén a su emperador, que acepto a hospedarlos y declarase súbdito de Carlos Quinto.

Mientras tanto una fuerza española de 2,000 hombres encabezados por PANFILO DE NARVÁEZ desembarcaba en Veracruz. Los enviaba el gobernador Velázquez, enterado que Cortés estaba obrando por cuenta propia. El conquistador, dejando la ciudad de PEDRO DEL ALVARADO, salió a enfrentarse con el aquel nuevo enemigo, a quien atacó por sorpresa, logrando medirlo mientras sus hombres se pasaban casi todos a engrosar las huestes del vencedor.

Pero Tenochtitlan, los sucesos no eran tan favorables. Alvarado que no había quedado allí en su lugar, había irritado con sus crueldades los aztecas, y Cortés, a su regreso, se encontró con una verdadera rebelión. Sus 1,300 hombres eran muy poca cosa contra el número de valor de indios. La cobardía de Moctezuma fue castigada por sus vasallos, que lo mataron a pedradas; y si hermano CUITLÁHUAC atizo la furia de los rebeldes con su valerosa conducta. Los españoles para no morir de hambre o acribillados por el enemigo, tuvieron que emprender la retirada, llevando la noche del 30 de junio de 1520 la marcha a hacia la a calzada de Tacuba, pero fueron sorprendidos y atacados por todas partes. Cortés perdió mas dela mitad de sus soldados y los aztecas mataron por miles de Tlaxcala Este hecho a pasado la historia con el nombre de la noche triste.

Sin embargo, los conquistadores tuvieron oportunidad de rehacerse. De Veracruz llegaron refuerzos, y un aliada singular, una epidemia de viruela que difundo un negro llegado con Narváez, hizo estragos entre en los aztecas, para quienes esa enfermedad era desconocida.

Cortés preparo con una nueva sigilo su nueva ofensiva habría de lanzarse por tierra y agua. Con tal hizo embarcaciones, que zarparon en la laguna mientras la infantería atacaba la ciudad desde tres puntos: la calzada de Tacuba, Coyoacán e Ixtapalapa. Cortaron el acueducto de Chapultepec dejando sin agua a la capital azteca. No obstante la enconada la resistencia indígena, los españoles pudieron penetrar en la casi destruida ciudad, y al ocuparon casa por casa. Por último lograron la victoria, y Cuauhtémoc que había sucedido a Cuitláhuac, muerto de viruela, fue capturado cuando se disponía a huir.

Cortés tomo en seguida disposiciones para reconstruir la capital, y así nació de las ruinas de Tenochtitlan la rica ciudad de México, capital de la Nueva España. Desde ella partieron en todas direcciones los grupos de soldados y aventureros para completar gradualmente la conquista y someter a las poblaciones todavía rebeldes. La extensión de la conquista se efectuó rapidez extraordinaria. Los caudillos de otros `pueblos asombrados ante las victorias de Cortés y su gente y creyéndolos invencibles, y se rindieron uno tras otro sin poner gran resistencia.

Desde la nueva ciudad de México salieron Pedro de Alvarado a conquistar Guatemala y CRISTOBAL DE OLID hacia Honduras. Entre tanto las evidencias y la ambición suscitaron enemistades contra Cortés. Esta hostilidad se encono hasta tal punto que sus adversarios enviaron desde España un Juez de residencia, LUIS DE PONCE DE LEÓN, que se hizo de cargo enseguida del gobierno y abrió un juicio. Murió pronto, y entonces la colonia empezó a ser gobernada por enemigos de Cortés mientras él se dirigía a España.





Cortés se encuentra con Moctezuma.

Diego de Velázquez decidió entonces hacer poblamiento de ese gran país del que tantas cosas decían. La empresa la encomendó a Hernán Cortés. Este por su parte, se independizo con Velázquez y obró por cuenta propia.

El 18 de febrero de 1519 partió así a Cuba, al frente de una armada de once naves. Llevaban más de 600 hombres, 16 caballos, 32 ballestas, 10 cañones de bronce y algunas otras piezas de artillería. Iban con el varios hombres que llegarían a ser famosos en la conquista del Nuevo Mundo.

Al pasar por las costas de Yucatán, Cortés recogió a Jerónimo de Aguilar que había quedado como consecuencia de un naufragio y había aprendido la lengua maya. Luego, a la desembocadura del río Grijalva, recibió veinte esclavas indígenas, una de las cuales, la celebre Malinche, desempeño un importante papel en la conquista. Malinche hablaba la lengua maya y la azteca o náhualt. Gracias a Jerónimo de Aguilar y sirviéndose de l maya traduciría lo dicho a la Malinche y ella por fin se dirigía en lengua azteca a los emisarios de Moctezuma.

El viernes Santo 22 de abril de 1519, Cortés y sus hombres desembarcaron en las costas de Veracruz. Un poco de seis meses después el 8 de noviembre de 1519, contemplaban con los ojos atónitos la metrópoli de México de Tenochtitlan la gran ciudad construida en medio de lagos. Vimos ya en el volumen anterior lo que era del poderío y riqueza de quienes ahí vivían.

Hernán Cortés en sus cartas de Carlos V, Bernal Díaz en su Historia Verdadera de la Conquista, así como el resto de las cronistas españoles, refieren sus primeros contactos con la gente de Cempoala en las costas de Golfo, su puesta en marcha hacia la altiplanicie, su alianza con los señores de Tlaxcala, su paso por Cholula donde denunciando su supuesta o real traición, se consumo una matanza de muchos de ese lugar. Los relatos alcanza un gran momento describiendo, después de cruzar de México-Tenochtilan y en el encuentro de Moctezuma que los recibe como huéspedes.

Los escribanos indígenas, en sus libros de pinturas y signos Jeroglíficos dan su testimonio acerca de ese encuentro en la calzada que unía la ciudad por la ribera del lago por el sur. Desde un principio el gran señor de los aztecas había creído que trataba del retorno de Quetzalcóat y de los dioses que lo acompañaban.

La estancia de los hombres de Castilla como huéspedes en la capital azteca tuvo un final violento. Cortés sé ausentado para combatir el Pánfilo de Narváez que venía a quitarle el mando por ordenes del gobernador de Cuba. Pedro de Alvarado. Queriendo anotarse al triunfo, ataco por traición ataco a los aztecas durante una gran fiesta de Tóxcatl, que se celebraba en la fecha cercana a la Pascua de Resurrección de 1520.

viernes, 12 de marzo de 2010

Civlizaciones Prehispanicas de México




Mesoamérica es el área cultural que engloba el territorio del actual México y casi toda Centroamérica, donde se desarrollaron una serie de civilizaciones que compartían rasgos y tradiciones culturales, antes de la llegada de los europeos en el siglo XVI. El término Mesoamérica se refiere tanto a las culturas que existían antes de que arribaran los europeos como a la región en la que se desarrollaron, que incluía los actuales territorios de México, Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica. Los límites de Mesoamérica, así como sus tradiciones, cambiaron constantemente a medida que determinados rasgos culturales se extendieron entre las distintas sociedades. Entre las civilizaciones más importantes que se desarrollaron en la región se cuentan la olmeca, la zapoteca, la maya y la azteca.

En el periodo de 3.000 años que se inicia hacia el 1500 a.C. una serie de importantes culturas emergió en Mesoamérica, haciendo de ella uno de los centros mundiales en el desarrollo de la Humanidad. Estas sociedades produjeron un arte característico, formas arquitectónicas y sistemas de creencias religiosas. La mayoría se desarrollaron sobre los logros de las culturas que les precedieron y adoptaron costumbres de otros pueblos con los que comerciaban o guerreaban. Algunas de estas culturas mesoamericanas se alargaron durante muchos siglos, desarrollándose a lo largo del preclásico, el clásico y el posclásico, mientras que otras experimentaron su auge y caída en un corto lapso de tiempo.

LOS OLMECAS

La civilización olmeca tuvo su inicio hacia el 1.500 a.C. Los estudiosos consideraban tradicionalmente a la olmeca como la “cultura madre”, o primera gran civilización de Mesoamérica; sin embargo, en la actualidad muchos expertos opinan que la olmeca era una más entre las muchas sociedades desarrolladas en la época. El arte, la religión y otros logros olmecas tuvieron una gran influencia sobre otras culturas que se desarrollaron después en una amplia zona de Mesoamérica.

Los olmecas vivían en las tierras bajas tropicales que bordeaban la costa del golfo de México, en lo que son ahora los estados de Veracruz-Llave y Tabasco. Los caudillos olmecas controlaban algunas de las tierras agrícolas más ricas de Mesoamérica, que podían proporcionar alimento para un gran contingente de población. Los olmecas construyeron en la jungla grandes ciudades en las que se celebraban ceremonias políticas y religiosas. En estos centros, como San Lorenzo, La Venta o Tres Zapotes, los olmecas levantaron algunas de las primeras pirámides de América, así como gigantescas esculturas pétreas. Entre los monumentos más notables se encuentran las enormes cabezas esculpidas en basalto, con un peso de 25 toneladas o más, que representan a los gobernantes olmecas. También esculpieron tronos en piedra en los que grabaron la genealogía de los caudillos.

Las elites olmecas se relacionaban social y comercialmente con otros pueblos de toda Mesoamérica, algunos de lugares tan lejanos como el México central, Oaxaca y Guatemala. Estas conexiones se evidencian en los motivos característicamente olmecas que se han encontrado en la cerámica y en los grabados lapidarios de muchas regiones diferentes. Los olmecas, como otras sociedades de este periodo, desarrollaron un calendario, un sistema de medición astronómica y un rudimento de escritura. Estos avances fueron utilizados más tarde por civilizaciones mesoamericanas posteriores, como la de los mayas y los zapotecas, como punto de partida para desarrollos más sofisticados. Muchos conceptos religiosos e ideologías de gobierno mesoamericanos se remontan también a los olmecas y a otras sociedades coetáneas.


LOS MAYAS

La civilización maya se inició entre el 600 y el 400 a.C. en las tierras bajas selváticas pertenecientes a los actuales territorios de Guatemala, Belice y sureste de México. Aunque se prolongó hasta la conquista española a principios del siglo XVI, alcanzó su apogeo durante el periodo clásico (200-900 d.C.). A diferencia de Teotihuacán, los mayas no crearon una estructura política unificada sino que formaron un cierto número de ciudades-estado con una cultura común. Las formas artísticas, los conocimientos científicos y la arquitectura monumental hicieron de los mayas el pueblo más civilizado en muchos aspectos del continente americano.

Hacia el 600 a.C. las tierras bajas mayas experimentaron un gran y rápido aumento de población. El área, salpicada de pequeñas comunidades agrícolas, vio la emergencia de poderosos cacicazgos hacia el 400 a.C. De entre todas estas entidades destacaron lugares como El Mirador, Tikal, Cerros, Becan y Dzibilchaltun, que se convirtieron en grandes centros ceremoniales, con decenas de miles de habitantes. Se levantaron enromes templos y amplias plazas para reflejar el poder y la autoridad de los gobernantes mayas. La cerámica y otras artes, obra de artesanos especializados, eran uniformes en toda el área.

Los cacicazgos mayas tenían estrechos vínculos económicos entre ellos y con otros de las tierras altas de Guatemala y la costa del Pacífico, incluyendo Izapa y Kaminaljuyú. De todas estas culturas, los mayas adoptaron la costumbre de esculpir estelas para codificar acontecimientos históricos. Los gobernantes mayas posteriores patrocinaron el grabado de estelas con inscripciones que proclamaban su autoridad, glorificaban su genealogía y narraban sus conquistas. Dado que las fechas mayas guardan una correlación con el calendario europeo, estas estelas proporcionan una cronología muy precisa de la historia maya.

A principios del periodo clásico (hacia el 250-300 a.C.), los mayas entraron en la etapa más elevada de su civilización. En aquella época varias ciudades-estado maya competían por gobernar las tierras bajas meridionales, y dominar sus respectivos territorios. Entre estas ciudades estaban Palenque, Piedras Negras, Yaxchilán, Altar de Sacrificios, Seibal, Dos Pilas, Tikal, Uaxactún, Altun Ha, Caracol, Quiriguá y Copán. Como otras sociedades mesoamericanas, los mayas se regían por una clase nobiliaria que acaparaba el poder político y religioso. Las ciudades más pequeñas pagaban tributos a los gobernantes que residían en los principales centros urbanos.

Muchos trabajadores especializados encontraban empleo en estas ciudades mayas: arquitectos, tejedores, alfareros, miniaturistas, artesanos de adornos de pluma, canteros y escultores. Los mayas produjeron un arte y una arquitectura brillantes e hicieron importantes hallazgos científicos, en especial en astronomía y matemáticas. Construyeron grandes complejos ceremoniales, dominados por gigantescas pirámides escalonadas de piedra coronadas por templos dedicados a distintos dioses, y erigieron también palacios, plazas, observatorios astronómicos y juegos de pelota para las competiciones sagradas que se jugaban allí, como en el resto de Mesoamérica. Los mayas diseñaron también un elaborado y preciso calendario y un complejos sistema jeroglífico.

El primero de los principales centros mayas del periodo clásico fue Tikal, enclavado en el área selvática del departamento del Petén, en el norte de Guatemala. Tikal levantó su primera estela en el 292 d.C. y durante los siguientes 200 años dominó buena parte de las tierras bajas. Muchos factores explican el ascenso de Tikal. Su situación aunaba ricos recursos agrícolas, una posición militar estratégica y le permitía el control de los tráficos comerciales locales, especialmente los del cacao. Tikal era, además, un importante centro religioso y mantenía estrechos vínculos con Kaminaljuyú, en las tierras altas, y con la gran civilización de Teotihuacán. Probablemente, Tikal amplió su área de influencia estableciendo dinastías propias en otros centros menores, bien fuera por conquista, bien por matrimonio entre las elites.

Al principio del siglo VI varias ciudades desafiaron la supremacía de Tikal en las tierras bajas. En 592 el gobernante de Caracol, en el territorio del actual Belice, sostuvo una guerra victoriosa contra Tikal. El caudillo de Tikal fue capturado y asesinado en un sacrificio ritual, y muchos monumentos de la gran plaza de la ciudad fueron destruidos. Caracol creció desmesuradamente hasta el siglo VIII. Mientras tanto, algunos supervivientes de la dinastía de Tikal establecieron un nuevo estado en Dos Pilas y Aguateca y finalmente conquistaron el sur del Petén.

A finales del periodo clásico (600-900 d.C.) la población de las tierras bajas del sur superaba probablemente los diez millones de habitantes. En ese momento, la civilización maya sufrió un repentino y misterioso colapso. Entre el 800 y el 900 la actividad escultórica y arquitectónica cesó. Muchas ciudades fueron abandonadas y la población total de la región cayó en picado. Los estudiosos han sugerido muchas posibles causas para este colapso, entre las que se cuentan la superpoblación, epidemias, guerras y deterioro medioambiental con la consecuente bajada del rendimiento agrícola. Es probable que las causas variasen en cada ciudad.

Tras el colapso de las ciudades de las tierras bajas, el centro de la civilización maya fue transferido a las áreas septentrionales de la península de Yucatán, en particular a las ciudades de Chichén Itzá, Uxmal y Cobá. En el siglo X el pueblo tolteca procedente del norte de México invadió o emigró a la región, y la cultura maya sufrió el influjo de las costumbres, el arte y la religión toltecas. Los toltecas eran un pueblo de guerreros y comerciantes y bajo su influencia los dirigentes militares y los mercaderes mayas se hicieron más poderosos. Entre los años 1000 y 1250, Chichén Itzá era el estado dominante de la región y recibía el tributo de las áreas circundantes.

Hacia 1250 Chichén Itzá fue derrotado por la ciudad-estado de Mayapán. En este pequeño centro fortificado, una confederación de tres linajes aristocráticos estableció una unidad estatal en la región de la Península de Yucatán. A mediados del siglo XV esta unidad se descompuso en una docena de miniestados muy competitivos entre sí. Éste fue el panorama político que se encontraron los españoles cuando llegaron al Yucatán en 1517.


LOS AZTECAS

Los aztecas construyeron el imperio más poderoso de Mesoamérica, famoso por su riqueza y sus rituales. En menos de un siglo, se hicieron con el control de una zona que se extendía desde el golfo de México, al este, hasta la costa del pacífico, al oeste, y desde el centro de México hasta Guatemala. En el lugar donde se alza hoy la ciudad de México levantaron su capital, Tenochtitlán, que en su época era una de las mayores ciudades del mundo. Su lengua, sus leyendas y sus formas artísticas ejercen aún su influencia en la cultura del México de hoy día.

Los fundadores del Imperio azteca penetraron en el valle de México a principios del siglo XIII. Sirvieron como mercenarios para otros grupos del valle y fundaron Tenochtitlán en una isla en el lago Texcoco en 1325. A medida que su poder crecía, los aztecas se hicieron con el control de otras ciudades más antiguas del valle como Texcoco, Azcapotzalco y Tlatelolco. Conquistaron otros estados en buena parte del centro y el sur de México y les impusieron tributos. A principios del siglo XVI los aztecas controlaban un enorme imperio con cinco o seis millones de habitantes. Tenochtitlán, el centro del imperio, era una enorme ciudad de templos, palacios y mercados. En su apogeo, Tenochtitlán llegó a tener unos 200.000 habitantes.

El primer rey azteca descendía del linaje real de los toltecas, por lo que la civilización azteca desarrolló muchos rasgos de la tradición tolteca. La sociedad azteca era extremadamente militarista, con un sistema político muy centralizado que estaba profundamente imbricado con la religión. Aunque los sacrificios humanos se habían practicado durante toda la historia de Mesoamérica, los aztecas los elevaron hasta el centro de sus rituales políticos y religiosos. Los aztecas produjeron notables obras de arte, que incluían pinturas murales y esculturas en piedra.


LOS TOLTECAS

Los toltecas se hicieron con el poder en el centro de México en el siglo X y dominaron la región durante más de dos siglos. Formaron una vasta red comercial que se extendía desde el suroeste de los Estados Unidos hasta el sur de América Central, y su influencia en el arte y la arquitectura se hizo evidente en toda Mesoamérica. Los toltecas tuvieron un especial influjo sobre los aztecas, que se consideraron después como sucesores suyos.

Los toltecas establecieron su capital en Tula (en ocasiones también denominada Tollan Xicocotitlán), al norte del valle de México, cerca de la frontera norte de Mesoamérica. En su apogeo, Tula tenía unos 60.000 habitantes. El pueblo tolteca, que hablaba una lengua llamada náhuatl, estableció un estado más pequeño y secularizado que el de Teotihuacán y otras civilizaciones clásicas. Los toltecas crearon también una cultura más militarista ya que su economía dependía de la conquista y el comercio con otras áreas, más que en la producción de bienes en su propia región. Los guerreros tenían que subyugar otros estados y proteger las largas rutas comerciales. Los toltecas fueron la principal influencia sobre Chichén Itzá, la ciudad-estado maya de Yucatán y algunos pueblos relacionados con los toltecas se hicieron con el control de partes de Mesoamérica.

A finales del siglo XII Tula empezó a experimentar un largo declive debido a la sequía, el hambre, las rebeliones y la invasión de pueblos bárbaros chichimecas desde el norte. La supremacía tolteca terminó y muchos otros grupos de lengua náhuatl entraron en el valle de México Entre ellos había un pequeño grupo que se llamaba a sí mismo mexica, pero que se hicieron famosos con el nombre de aztecas. Los aztecas se convirtieron en la siguiente potencia importante de Mesoamérica.

LOS MIXTECOS

Son un pueblo amerindio de la familia lingüística otomanque, habitante de los actuales estados mexicanos de Oaxaca, Guerrero y Puebla. La cultura mixteca floreció en el sur de México desde el siglo IX hasta principios del XVI y sus miembros fueron los artesanos más famosos de México. Sus trabajos en piedra y en diferentes metales nunca fueron superados. Entre sus especialidades se podían citar los mosaicos de plumas, la alfarería polícroma decorada y el tejido y bordado de telas.

Las contribuciones más importantes de los mixtecos son: los registros pictográficos en códices hechos sobre piel de venado de la historia militar y social que narran aspectos del pensamiento religioso, de los hechos históricos y de los registros genealógicos de su cultura; la orfebrería, cuyas muestras como pectorales, narigueras, anillos o aretes, demuestran que manejaron con maestría el oro trabajado con la técnica de la cera perdida, así como el labrado del alabastro, el jade, la turquesa y la obsidiana, entre otros. Las piezas más notables que se conocen proceden de los enterramientos de Monte Albán, descubiertos por el arqueólogo Alfonso Caso, y que se exhiben en el Museo Regional de Oaxaca. Otros legados mixtecos son: un calendario análogo al utilizado por los aztecas y sus técnicas agrícolas.

Entre los siglos XI y XII de nuestra época, los mixtecos adoptaron una influencia tolteca cuya característica civilizadora los motivó a buscar asentamientos más estables que los que habían tenido; se dedicaron a dominar a los zapotecas por medio de invasiones de sus tierras, guerras y alianzas políticas por matrimonios. De ese modo se apoderaron, por ejemplo, de Monte Albán, que había sido abandonada por los zapotecas y los mixtecos convirtieron en necrópolis, enriqueciendo notablemente sus monumentos funerarios. Tanto en esa ciudad, como en Mitla, aportaron conceptos arquitectónicos evolucionados como las grecas geométricas de piedras ensambladas que adornan los palacios. Otras ciudades zapotecas de las que se apoderaron los mixtecos son Zaachila y Yagul, también en el estado de Oaxaca, con las que se complementa el conjunto del impresionante legado de estas culturas. Los mixtecos influyeron en el declive de la civilización maya en el sur, y permanecieron independientes de los aztecas en el norte. Es posible que la población mixteca actual ronde el medio millón de personas, distribuidas en 3 regiones principales: la Mixteca Alta (en las zonas frías de la sierra Madre del Sur), la Mixteca Baja (siguiendo el curso del río Atoyac) y la costa (estados de Oaxaca y Guerrero).